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domingo, 18 de agosto de 2013

Una salida necesaria (II)

La noche fue un poco complicada. Resulta que al lado del hostal teníamos una especie de recinto hotelero-festivo-piscinero-discotequero que tuvo a bien ponernos la música a todo gas toda la noche. Así que no dormimos mucho, y lo poco que dormimos fue malo porque hacia un pelín de frío.


¡Queremos desayunar!
Egun on, Darien
Esa hamaca huele a siesta 
Ya en pie de guerra y después de un desayuno 5 estrellas (huevos, tostadas, chocolate, queso, papaya, zumo etc. o como diría Julene, un americano para desayunar), nos bajamos a buscar la buseta que nos acercaría al muelle 5. El muelle 5 es una de las puertas de acceso al lago Calima y quizás por aquello de la cercanía a Darien, la más concurrida. La sensación desde el principio era la de un pueblo que no se había ido a la cama y que, es más, seguía de fiesta. Sobre todo en el muelle. 

La música reguetonera saliendo de los maleteros, las gafas de sol, las botellas de aguardientes (las llenas y las reventadas en el suelo) y los andares nada rectos eran más que abundantes en la "playa". Nos acercamos a la orilla y la oferta era reducida. Moto o lancha. Nos habían hablado de un ferry pero no alcanzábamos a verlo ¿Habría salido? No, no puede ser. Lo veríamos.

¿Dónde estará el ferry?
Después de unas cuantas vueltas dimos con el "ferry". Con razón no lo habíamos visto a la primera. Uno pensaría que era una extensión del muelle en plan mirador-bar o así, pero nada de eso. Flotaba considerablemente bien y hasta iba rapidito. Eso si, iba a tocar esperar un rato hasta que saliese, así que hubo tiempo para reflejar fotográficamente la satisfacción del momento por haber encontrado un plan mejor que quedarnos en la orilla viendo borrachines apunto de ahogarse (no os riáis, lo de nadar por estos lares no esta muy extendido).

Sí, eso es el ferry
A ver esas lenguas!!
El trío calavera (con brillo en los ojos y todo)
Ya en el ferry, pensábamos que el viaje no iba ser todo lo cómodo que esperábamos. De entrada había que llevar chaleco salvavidas (nada bueno cuando uno duda de la integridad del ferry y el conductor se la corrobora) y para seguir íbamos a tener un superaltavoz con música a nuestra espalda todo el camino. Pero finalmente no fue tan mal el viaje (si, somos unos quejicas, sobre todo yo). El chaleco abrigaba un poco del fresquete del agua y la música no era tan dura, de hecho hasta le saco a alguien el ritmo de las manos y el cuerpo.

Por fin se digna alguien a hacerme alguna foto
Y hasta dos!!! (anda chaval, guárdate los dientes)
Pues es grande el lago este, eh!
El ferry cruza el lago de orilla turística a orilla residencial por lo que pudimos ver las casas que se gastan en la zona. Había de todo: modernas, típicas, más abandonadas, algunas completamente absurdas. Hasta había una con pinta de baserri.

En plan barato, no sabes...
Mira Iñigo, en esa voy a vivir yo...
Para variar en la aventura, las baterías de las cámaras empezaron a morir. Así que apuramos las fotos al máximo. Justo cuando nos retirábamos la cosa se empezó a poner fea por la montaña. Igual de fea que el día anterior horas antes del chaparrón de la noche.

¡Písale, que nos coge la tormenta!
¿Eso baja un poco rápido no?
De la que bajamos del ferry, pusimos la maquinaria de retorno al máximo y nos salio la jugada perfecta. La buseta a Darien a la primera y por precio VIP (vamos, que nos cobraron mal, menos de 1€ por 3 pasajes), almuerzo típico de arroz, legumbre y carne por $4000 (no llega a 2€, sigue sorprendiendo lo barato), camioneta para volver con la segunda parte de la película "Adelantando por Colombia" y para la tarde en Buga.

PD: Dicen que Lago Calima es el lago del mundo con los terceros vientos más rápidos (los mejores de América). Por ellos está muy valorado para la práctica del windsurf y demás. Desde nuestra experiencia, no es para tanto.





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