Llevábamos tiempo planeando una nueva visita a la vereda de Miravalle para completar parte del trabajo que estábamos llevando a cabo en la reserva. Desde el principio se habló de poder ir unos días para trabajar más sobre campo. La cosa se iba alargando y no terminábamos de ir. Así que aprovechando la visita de Diana Patricia (la monitora del IMCA con la que estamos llevando a cabo el trabajo) dejamos caer el asunto y ¡vaya si salpicó! Siendo lunes nos dijeron "Pues vayan este mismo jueves".
Así que durante 3 días trabajamos duro para poder llegar al jueves con los deberes hechos. Y ahí estábamos el jueves, camino de Miravalle acompañados de Jessica y un hombre de la Universidad Javierana llamo Felipe, que estaba realizando una investigación sobre las fincas de las familias campesinas.
Según lo hablado el lunes, el jueves íbamos a intentar conocer las escuelas, el viernes íbamos a trabajar directamente en la reserva haciendo un trabajo de etnobotánica y hablando con gente de la zona y finalmente el sábado, trabajaríamos directamente con el grupo de jóvenes que actualmente dirige la reserva.
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Entre los plátanos está el camino |
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Una de micrófonos por el camino |
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Llegamos a la finca del maestro de las cremas |
La visita iba a ser a un señor que formaba parte del grupo "Renacer". A este grupo ya lo conocíamos ya que son los productores de las famosas cremas de caléndula que tanto abundan en casa para las frecuentes picadas de mosquitos, zancudos y demás fauna. Tras la entrevista el señor nos mostró donde hacen las cremas y no perdió la ocasión para vender alguna (más caras que en el IMCA sorprendentemente, parece que aplica la tarifa "noeresdeaquí").
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Mucha seriedad con eso de sentarse debajo de la colada |
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El interrogatorio |
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Acta fundacional del grupo "Renacer" |
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Tiempo para el mercadeo. Bueno, bonito, barato oiga! |
Cuando ya terminaron con su trabajo, Jessica y el hombre de la universidad se volvieron para Buga. Así que tocaba empezar a trabajar. Y para empezar, una sorpresa: Julene tenía que diseñar una etiqueta para la venta de la cúrcuma que produce la comunidad. Mientras discutían el diseño me mandaron a sacar fotos a la planta en cuestión para meterlas en el diseño. Dos profes de lujo se ofrecieron a enseñármelas y con ellos me fui.
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Los profes (algo habría hecho que parece que me están regañando) |
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La planta de la cúrcuma |
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Hubo que aupar al profe para seguir con la lección |
Con ese trabajo, entre lapices de colores y cuadernos fuimos cerrando el día. Se nota que el sol cae antes en la montaña y con él, la temperatura. Aquella tarde-noche hizo un frío de mil demonios hasta el punto de echar mano al forro polar (¡señora, que estamos en el trópico!). Dimos el día por finalizado exageradamente pronto, pues a las ocho ya estábamos en la cama.
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¡ Vaya cara de sueño! |
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Tuluá a la izquierda y una quema de caña al lado |
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